Al no existir un catálogo de edificios protegidos, ni una normativa local o comunitaria que regule e impida la destrucción de edificios singulares, nos encontramos con los desmanes que podemos ver en la mayoría de los pueblos de esta zona de la sierra. Por ello, aunque no nos guste, los dueños de estos edificios estan en su derecho de derribarlos, modificarlos, o utilizarlos como mejor les parezca. Si no hay regulación o algún tipo de ayuda económica para su conservación, seguiremos viendo como desaparece poco a poco el patrimonio arquitectónico de la sierra.
En la misma manzana situada en la plazuela que forma la calle Herrería tenemos dos ejemplos de ello:
LAS TERRAZAS
Precioso caserón de la primera mitad del S.XX, probablemente de los años 40, y en el que vemos la mano del gran arquitecto municipal Luis Rodriguez Quevedo.
Curiosamente, el ayuntamiento editó un libro sobre la obra de este arquitecto en el año 2006. El edificio fué derribado poco antes. Aquí vemos la fachada de la terraza con la balaustrada de granito. El bar que casi todos recordamos se abría en la planta baja de la fachada norte.
La Foto corresponde a febrero de 2004.
Esto es lo que nos han "colocado" ahora.
LOS VIKINGOS
Pajar-establo posiblemente del S.XVIII. Típico ejemplo de arquitectura popular. Normalmente no tenían vanos, excepto el portalón serrano con dintel de madera. Las ventanas que se ven son posteriores. Se aprecia tambien el recrecido del tejado.
El nombre viene de la discoteca que allí se abría desde los años 70. La foto es de 2004.
Y esto es lo que hay: